El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos registró en el primer trimestre del año una expansión del 0,3%, esto es medio punto menos respecto del crecimiento del 0,8% del cuarto trimestre de 2023, según la segunda estimación publicada por la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio.
En cifras anualizadas, el PIB estadounidense entre enero y marzo avanzó un 1,3%, frente al 3,4% de los tres meses anteriores. La actualización de tres décimas a la baja respecto del dato preliminar se motivó en una revisión de la lectura del gasto de los consumidores.
El incremento del PIB real reflejó aumentos en el desembolso de los consumidores, la inversión fija no residencial y residencial, y en el gasto de los gobiernos estatales y locales. De su lado, crecieron los importaciones, que detraen del crecimiento del PIB, y cayeron las inversiones en inventarios privados.
En comparación con el cuarto trimestre, la desaceleración del PIB al comienzo del año se explica, principalmente, por el menor dinamismo en el gasto de los consumidores, las exportaciones y el gasto de las administraciones estatales y locales. Además, el gasto del Gobierno federal cayó y las importaciones subieron. Estos movimientos se vieron parcialmente contrarrestados por la aceleración de la inversión fija residencial.
ESCENARIO MACRO
El índice de precios de consumo (IPC) de Estados Unidos se situó en el 3,4% interanual en el mes de abril, equivalente a una décima menos que en marzo, mientras que el índice subyacente cerró el cuarto mes de 2024 con una lectura del 3,6%, dos décimas menos.
De su lado, la economía estadounidense generó 175.000 nuevos puestos de trabajo en abril, una cifra muy inferior a los 315.000 empleos creados en marzo, al tiempo que la tasa de paro repuntó una décima, hasta el 3,9%. A pesar del enfriamiento del mercado laboral estadounidense, este lleva encadenados 40 meses consecutivos creando empleo.
La contratación se amplió, principalmente, en los sectores sanitario, de asistencia social, transporte y almacenaje, mientras que apenas mostró variación en las áreas de minería, extracción de petróleo y gas, manufacturas, comercio mayorista, sector de la información y financiero, actividades profesionales o en el ocio y turismo.
POLÍTICA MONETARIA
En su reunión de principios de mayo, la Reserva Federal (Fed) decidió mantener los tipos de interés en el rango del 5,25% al 5,5%, en máximos desde enero de 2001. De este modo, la institución volvió a mantener sin cambios su política monetaria por sexta reunión consecutiva tras la última subida de 25 puntos básicos del precio del dinero acometida en julio de 2023 y la pausa iniciada en septiembre.
El órgano rector del instituto emisor advirtió de que no espera que sea apropiado reducir el rango objetivo hasta que haya ganado mayor confianza en que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia el 2%.
En este sentido, la Fed destacó que los indicadores recientes sugerían que la actividad económica ha seguido expandiéndose a buen ritmo y que el aumento del empleo se mantuvo fuerte y la tasa de desempleo baja, mientras que la inflación, a pesar de haber disminuido durante el año pasado, seguía siendo elevada.
«En los últimos meses, ha habido una falta de mayores avances hacia el objetivo de inflación del 2%», reconoció en su comunicado, donde apuntaba a que los riesgos para lograr su doble meta de empleo e inflación habían avanzado hacia un mejor equilibrio durante el año pasado, aunque las perspectivas económicas eran inciertas.