La generación Z tiene mayor compromiso medioambiental que las generaciones más mayores y eso se ve reflejado en que el 65% espera aumentar su inversión en sostenibilidad, mientras que solo el 53% de los ‘baby boomers’ pretende hacerlo, según un informe de sostenibilidad de la consultora global Bain & Company.
El informe avisa de que el aumento de dos grados celsius en la temperatura global podría acarrear consecuencias muy graves para el medio ambiente y la economía, y en línea con esta advertencia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que este aumento de la temperatura podría hace crecer el coste del capital un 1%.
En este sentido, a partir de la consecuencias de la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania, la transición energética ha aumentado su ritmo con la cada vez mayor inversión y producción de energías renovables. En el año 2015, las previsiones de generación de energía solar eran tres veces menores que los datos reales recogidos en 2023.
Esta senda de crecimiento no hubiera sido posible sin el apoyo público de las distintas administraciones a todos los niveles, desde la UE hasta los ayuntamientos. Por ejemplo, en Noruega, las subvenciones públicas han sido fundamentales para desarrollar el mercado de los coches eléctricos y, en Alemania, la reducción de estas subvenciones ha provocado una gran caída en las ventas de estos vehículos.
NUEVOS HÁBITOS DE CONSUMO
El calentamiento global se sitúa como la tercera mayor preocupación para los ciudadanos europeos, por detrás del coste de la vida y la estabilidad internacional, preocupación que cada vez aumenta más debido a las consecuencias papables como los fenómenos meteorológicos extremos, que cada vez azotan con más fuerza y mayor frecuencia.
Por ello, los ciudadanos cada vez son más conscientes de sus decisiones a la hora de consumir y el 80% de los consumidores europeos ha empezado a comprar productos sostenibles hace menos de cinco años y más de la mitad, 57%, piensa invertir más dinero en el futuro, según la encuesta publicada por Bain & Company.
También, en Europa se demandan cada vez más productos naturales, que respeten el bienestar animal y que provengan de lugares cercanos, sin embargo, debido a los altos precios de estos productos, no siempre los consumidores pueden acceder a ellos.
Por otro lado, se observan claras diferencias entre las personas más concienciadas con el medioambiente y su pensamiento, así un el 70% de los progresistas europeos está muy preocupado por el cambio climático, frente al 45% de los conservadores.
Estas diferencias también existen entre generaciones y entre rentas altas y bajas. Las rentas altas, gracias a su capacidad adquisitiva para poder destinar más dinero al consumo, estarían más dispuestas a gastar más en productos sostenibles, 63% de los encuestados; mientras que entre las rentas más bajas, únicamente el 49% elevarían su presupuesto.
Las empresas también están adaptándose a esta nueva forma de consumo y el 85% de los proveedores afirma incorporar criterios sostenibles en sus ofertas, aunque solo el 53% de los clientes siente que estas opciones cumplen con sus expectativas. Incluso el 36% de los clientes estaría dispuesto a cambiar de proveedores sino cumplen sus expectativas en sostenibilidad.
«Esta tendencia no solo se observa en Europa, sino también en Estados Unidos, donde los consumidores están dispuestos a pagar hasta un 10% más por productos con un impacto ambiental mínimo y hasta un 15% más por aquellos que ofrecen beneficios para la salud» afirma el socio de Bain & Company, Ibon García.